21.6.13

El corredor capitalista

Si perdiendo aprendemos, ¿ es superior el premio que nos otorga la victoria ? El ganador sólo recibe un premio y, en algunos casos, el reconocimiento de su superioridad por parte del resto de participantes y el público. La victoria es egoista, efímera, en ocasiones arbitraria, y demasiadas veces ilegal. Oí decir a un deportista tras proclamarse campeón del mundo que  la victoria sólo le había enseñado a saber que se puede ganar. A nada más.

¿ Por qué debemos esforzarnos y sacrificar tantos recursos vitales en tratar de superar al resto de participantes ?  ¿ Por qué atribuimos valores excelsos al deporte ? Todo adquiere sentido, o más sinrazón si cabe, si consideramos el deporte como la medida de un hombre, de su poderío y de su deseo. En definitiva, de su ambición y dominio sobre el resto. Ahora si que encajan las piezas del puzzle, el 'corredor de fondo' en su particular soledad quiere poseer muchos trofeos, extensas tierras, e imponerse sobre el resto de atletas, otros hombres de otras regiones o nacionalidades.

La capacidad de superación puede considerarse un valor superior, pero no tiene porque estar ligada al deporte y mucho menos a la competición. En el deporte competitivo termina con la victoria.


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