31.5.13

¿ COMO CORRER ?: Correr como si fueramos niños.

" No hace mucho pasaba yo corriendo por delante de una escuela de primaria. Era un cálido día de finales de primavera y los chicos estaban disfrutando del recreo. Estaban atareados jugando al escondite, atrapando pelotas y haciendo lo que los críos suelen hacer mejor que nadie: correr de un lado para otro. Paré para echar un trago de agua de mi botella y cuando vi el revuelo de aquellas pequeñas piernecillas recordé por qué me ha encantado siempre observar a los niños cuando corren. Cada uno de ellos tiene un modo perfecto de correr: una buena inclinación, una zancada amplia que se abre tras ellos, una buena elevación de talones y una relajada oscilación de los brazos y los hombros. ¡Lo tenían todo! Uno de mis mayores deseos como entrenador es ayudar a los adultos a correr como lo hacían cuando eran niños, porque el movimiento de los niños es absolutamente natural. ¡Parece tan carente de esfuerzo y tan divertido! Muchos libros que versan sobre la práctica de jogging te dicen que salgas y comiences a correr como cuando eras un niño. Pero hay un problema con ese consejo: tú ya no tienes el mismo cuerpo que tenías. Y si lo tienes, me encantaría que fueras mi profesor.
Así pues, ¿por qué los adultos no corren como los niños, con la misma facilidad y alegría? Después de haber corrido durante 30 años y de haber trabajado con miles de corredores, tengo que decir que los dos factores principales que responden a esa pregunta son el estrés y la tensión. Hablo por mí, está claro, pero tú puedes establecer una relación idéntica. Desde que acabé la primaria, he sometido a mi cuerpo a un amplio abanico de estrés físico y emocional, como, por ejemplo, tensar los hombros cuando estoy preocupado, encorvarme durante todo el día ante mi mesa del despacho, mantener la tensión en el cuello mientras conduzco, etc., pues la lista sería interminable. Por separado, todo esto puede que no parezca gran cosa, pero cuando lo repites todos los días a lo largo de una vida tiene un efecto acumulativo que determina cómo te mueves. También he hecho algunas cosas drásticas que han pasado factura a mi cuerpo, como los descensos de esquí o las contorsiones sobre el monopatín. Como diría Carolyn Myss, autora de Anatomía del Espíritu: «Tu biografía se convierte en tu biología». Con todos esos abusos almacenados en mi cuerpo, me he sentido más que presionado para correr como lo hacía cuando fui un niño. La buena nueva es que para cualquiera que tenga un poco de paciencia y perseverancia es posible recuperar aquel estado de gracia atlética. "

EL CORRER CHI
DANNY DREYER

No hay comentarios:

Publicar un comentario

...